|
|
|
|
|
Grandes pérdidas de colonias de la abeja en la Isla de Wight* en las islas británicas durante los años 1901-1905 fueron correlacionados con el descubrimiento del ácaro traqueal, Acarapis woodi, por el Dr. J. Rennie en 1919. El Dr. Leslie Bailey la llamó la enfermedad de la isla de Wight, causado por el ácaro traqueal, un mito (L. Bailey, " la ' isla de la enfermedad de Wight ' un mito. El Dr. Bailey dijo que la razón primaria de la notoriedad de la enfermedad isla de la de Wight fueron los lanzamientos de prensa que cogieron la atención de los apicultores. Sus observaciones incluyen:
1. Los síntomas importantes descritos, por ejemplo abejas con los abdómenes dilatadosos o no pueden volar son indicativos de muchas clases de enfermedades, incluyendo nosema. Antes del descubrimiento del ácaro, el nosema estaba en el hecho diagnosticado como el problema. Abejas que no pudieron volar no estaban a menudo tanto infestado con los ácaros al igual que los individuos normales.
2. La enfermedad correlacionada con una época del tiempo desastroso del invierno; no había en el mismo tiempo pérdidas en otras áreas de la apicultura de ácaros.
3. La asunción que toda la causa " daños seria " de los parásitos es inválida. Aunque los ácaros traqueales acortan las vidas de las abejas infestadas, según el Dr. Bailey, está solamente por una "cantidad relativa."
La conclusión del Dr. Bailey es que el ácaro estaba una excusa por las perdidas de abejas. También indicó que los apicultores no entendían los efectos desastrosos a sus propias acciones incluyendo tratamientos experimentales, mudando abejas y especialmente la transferencia de skeps a las colmenas con marcos. Finalmente dijo que los apicultores no estaban enterados de todas las posibilidades y buscaban respuestas específicas al problema complejo. Después de la detección en los Estados Unidos, el dr Bailey dijo que el ácaro no estaría al problema en los Estados Unidos. Él ha demostrado ser incorrecto, especialmente en áreas con inviernos largos. sin embargo, sus otras conclusiones no son necesariamente incorrectas y se deben considerar cuidadosamente por los apicultores y los reguladores al discutir los efectos de ácaros traqueales.
Hermano Adán, un monk en la abadía de Buckfast, discrepada con ideas del Dr. Bailey sobre la enfermedad de Wight." Él concluyó que era una nueva enfermedad y la extensión era muy rápida puesto que eran muchas incidencias divulgaron sobre las islas británicas cuando las abejas infestadas fueron movidas. Los factores del tiempo no eran contribudores; los flujos de la miel eran mejores que promedio; ni eran las prácticas de la apicultura culpables. Referente al último, el hermano Adán dicho, un período de transición de skeps a las colmenas con marcos ocurrió, pero los apicultores no carecieron habilidades o experiencia. Además, los síntomas de la enfermedad del nosema, hermano Adán dicho, eran diferentes que ésos encontrados en la enfermedad de la isla de Wight. Eran más como " enfermedad de desaparecía " y no afectaron a la reina generalmente, que es el caso en nosema.
De Noticias APIS ( APIS Newsletter*):Volume 11, Number 4, April 1993
Mi viaje reciente a México norteño reveló que los problemas con el ácaro traqueal en esa región descrita en los años 80 mediados de y últimos han disminuido. La razón no está clara, pero una buena conjetura es que las abejas susceptibles han sido substituidas naturalmente por ésas más resistentes al ácaro. Esta cosa de la infestación desastrosa seguido por la recuperación se ha repetido a otra parte. Es instructivo, por ejemplo, mirar un artículo primero publicado por John Anderson sobre la enfermedad de la isal de Wight asociada al ácaro traqueal en el diario escocés de la agricultura (Scottish Bee Journal). Vol. 6, pp. 181-191 y reimpreso en The Speedy Bee, vol. 21, No. 4, abril de 1992. Algunas cotizaciones están revelando sobre el curso de la enfermedad del ácaro tracheal (acariosis) a partir de 1906 a 1920:
"Colonias afectadas rápidamente disminuye, y sucumbe generalmente en alrededor de un mes o seis semanas, dejando sus almacenes, y a menudo una cantidad de cría. La reina aparece mantener sano y sobrevive....Una masa de los granos del polen se encuentra en el estómago o el intestino y el insecto aparece haber perdido la energía de defecar. La presión en el abdomen romperá al abdomen. Las abejas que se arrastran (no pueden volar)... restablecerán si está calentadan y alimentadan, sino la energía del vuelo no es recuperada."
Las abejas se han recuperado después de que el tratamientos numerosos, pero ellas recuperaron absolutamente como a menudo cuando no hay tratamiento. Esta enfermedad está fluctuando en carácter...Cualquier tratamiento... sea por drogas o de otra manera, que prolongaría la vida de abejas susceptibles obstaculizaría distintamente la regeneración de abejas británicas."
"La naturaleza ha tenido éxito donde el hombre visible ha fallado...es un cuerpo grande de la evidencia que la recuperación se avanza bien en las regiones primero atacadas. El carácter de la enfermedad... cambió algo en años recientes. Cuando primero le estaba notado era peor en verano, pero ahora él fue visto principalmente en otoño y primavera. La enfermedad de la isla de Wight mataba a abejas en una semana o dos. Tenemos aquí una más ilustración de la manera de la naturaleza con una enfermedad infecciosa. Las abejas diferencian en su energía de resistir esta enfermedad... las abejas susceptibles tienden para morir hacia fuera, pero ésta hace solamente más sitio para... el más resistente.
"Debemos substituir abejas susceptibles por las abejas resistentes. Al comprarnos abejas debemos evitar cuidadosamente abejas de las pocas cañadas aisladas que la enfermedad todavía no ha alcanzado... debe comprar abejas que sobreviven en los districtos barridos donde se encuentra la enfermedad. Incluso sin la cooperación del apicultor, la ley biológica a su debido tiempo relegará esa enfermedad de la isla de Wight a una posición de poca importancia. Pero porqué si hacemos una pausa?"
Referencias:
Bailey, L. 1964. "The 'Isle of Wight Disease': The Origin and Significance of the Myth," Bee World, Vol. 45, pp. 32-37.
B. Adam. 1968. "'Isle of Wight' or Acarine Disease: Its Historical and Practical Aspects," Bee World, Vol. 49, pp. 6-18.